“El ser humano no es un medio para un fin, el ser humano es el fin último de todos los medios y la organización existe para servir a los seres humanos”
Fred Kofman es director del Conscious Business Center. Profesor excepcional, invita a las personas a actuar con mayor responsabilidad, integridad y coraje; sus ideas combinan profundidad filosófica con aplicabilidad práctica. Fred ha creado y enseñado programas sobre liderazgo, maestría personal, aprendizaje en equipos, efectividad organizacional y coaching para más de 15.000 participantes. Entre las compañías líderes con las que ha trabajado se encuentran Microsoft, Shell, Yahoo! y General Motors.
Fred obtuvo su doctorado en economía de la Universidad de California, Berkeley, donde fue distinguido como instructor sobresaliente. Fue profesor auxiliar de Sistemas de Información y Control Gerencial en la Escuela de Negocios Sloan del MIT, donde obtuvo el premio “Profesor del Año” en 1992. En el MIT, también se desempeñó como investigador senior en el Organizational Learning Center, donde colaboró con Peter Senge. Es miembro fundador del área de negocios del Integral Institute, donde trabaja junto a Ken Wilber. Fred es también miembro de la Dharma Ocean Foundation, organización dirigida por Rey Reginald dedicada a la práctica de la meditación.
Fred ha dirigido seminarios en EE.UU., Europa, América del Sur y Asia, y ha presentado sus investigaciones en la Escuela de Negocios Sloan del MIT, el Departamento Económico y la Escuela de Negocios de Harvard, la Universidad de Chicago, la Universidad Northwestern, la Universidad de California en Los íngeles y Berkeley, la Escuela de Economía de Londres, la Universidad de Tel Aviv, la Universidad de Barcelona, el Instituto Tecnológico Nanyang de Singapur, la Universidad de Buenos Aires, el Instituto Tecnológico de Buenos Aires y la Universidad Francisco Marroquín. También es profesor en la Universidad de Naropa, y en el Executive MBA y otros cursos para ejecutivos en la Universidad de Notre Dame.
Es autor de la trilogía Metamanagement y la Empresa Consciente.
Disfruta de viajar y realizar actividades al aire libre. Ha corrido nueve maratones, escalado el Aconcagua, el Kilimanjaro y el Monte Kenya; heli-skied en los Bugaboos y el Himalaya y realizado travesías de varias semanas en Nepal y Tailandia. Fred vive en su velero, navegando, buceando y pescando en el mar Caribe.
Magda Galvez: Eres el autor del libro “Metamanagement” que hace algún tiempo te catapultó al calificativo de “gurú”. ¿En qué se basa el Metamanagement?
Fred Kofman: Uno de los principios del metamanagement es que no hay tal cosa como gurús, que lo único que hay son coaches o personas que ayudan a otros a aprender pero no hay maestros iluminadores. La palabra gurú significa alguien que te enseña algo y te ilumina con su enseñanza. Por lo tanto aunque es cierto que a veces me llaman así, me da mucho más placer ser reconocido como alguien que ayuda a otros a aprender porque el trabajo de un coach es ayudar a otros a aprender y no enseñar. Y metamanagement está basado en esa filosofía. Es un intento de ayudar a las personas que trabajan en el mundo de la empresa a descubrir como gerenciar a seres humanos que son conscientes, a diferencia de seres inanimados que son inconscientes.
Uno de los problemas que yo vi en mi experiencia de trabajo con la empresa y en el MIT cuando enseñaba allí management, es que los principios del management tradicional son más bien ingenieriles y se refieren a la administración de cosas inconscientes. Pero la verdad es que la vida en la empresa está mucho más conectada a las relaciones entre seres humanos que a la forma en que los seres humanos manipulan cosas. Metamanagement es mi esfuerzo de ir más allá de una comprensión tradicional del management como una actividad manipulativa y verlo como una actividad inherente a la coordinación de esfuerzos entre seres humanos que tienen objetivos comunes.
Magda: ¿Cuales son las ventajas que ofrece el Metamanagement frente al management tradicional?Fred: La palabra meta en griego significa ir más allá y es un término que se puede usar dialécticamente en forma filosófica y es trascender e integrar. El proceso dialéctico toma una tesis y luego contrapone una antítesis para luego sintetizar la tesis y la antítesis en un nivel mayor de comprensión que incluye a ambas. Metamanagement no es un intento de contraponerse al management tradicional sino de integrarlo en algo que lo trasciende, por lo tanto los beneficios del management tradicional se mantienen porque una de las dimensiones del metamanagement es la dimensión que yo llamo “el ello” siguiendo a Ken Wilber, el “it” en inglés que es la forma de manipular cosas.
Todos los descubrimientos de Total Quality Management, de ingeniería, de administración formal y de diseño organizacional, todo eso es perfectamente válido y útil y no hay absolutamente nada en metamanagement que lo niegue. Lo que sí niego es la aseveración totalizadora que esa dimensión de manipulación de cosas inconscientes es el todo del management. Para mí es un tercio. Como dice Ken Wilber tenemos la tercera persona que es “el ello” pero luego está la primera persona que es “el yo” y la segunda persona que es “el yo y tu” o “el nosotros”. El metamanagement para mí tiene tres ramas, una es “el ello” donde el objetivo es la consecución de los resultados del negocio, el cumplimiento de la misión organizacional, el éxito en la rentabilidad, en el crecimiento, la conquista de los mercados, etc. Luego está la dimensión interpersonal que es la manera en que los seres humanos se relacionan los unos con los otros y uno de los principales descubrimientos de la psicología del ser humano es que somos animales sociales.
Para ser felices necesitamos pertenecer a una comunidad que nos dé sentido a la vida. Es imposible conseguir esa comunidad simplemente tratando de triunfar en los negocios. De hecho cuando las compañías se concentran solamente en la dimensión técnica y no se preocupan de crear una experiencia de comunidad en la gente, la solidaridad, la cooperación, el respeto mutuo, la aceptación, el éxito mismo de los negocios no es sostenible porque en un plazo medio la gente se desmotiva, pierden el entusiasmo, se sienten alienados los unos de los otros, empiezan a competir entre ellos y terminan por destruir el propio éxito que habían creado inicialmente. Esto es muy común verlo en las compañías.
Por tanto uno de los primeros beneficios del metamanagement es que al concentrarse en esta dimensión interpersonal, genera una preocupación por la comunidad humana y ayuda a que los resultados de negocio estén más firmemente plantados en el compromiso de la gente que trabaja en la organización de luchar mancomunadamente por una visión compartida. La tercer área del metamanagement que se agrega a lo impersonal que es el “it” o “el ello”, y lo interpersonal que es el “we” o “el nosotros” que es yo y tú, es el área personal o el “I” o el “yo” o “el ego” que es la preocupación por la felicidad de cada individuo. La calidad de vida, la sensación de sentido en la vida, el bienestar interior y la paz que puede sentir cada uno de nosotros. Es imposible fundar una comunidad de gente comprometida y solidaria si cada una de esas personas no siente que está encontrando sentido y calidad de vida en esa comunidad. Lo mismo pasa en una comunidad de negocios, para poder mantenerse entusiasmados ofreciendo lo mejor de sí para el bien de la empresa y la comunidad interpersonal, cada uno de los miembros de esa comunidad tiene que sentir que a cambio de su esfuerzo y de su compromiso, está recibiendo el apoyo para ser lo mejor que pueda ser en su vida. Una palabra que yo uso para eso es amor. El amor mas parecido a la caridad cristiana en griego es “ágape” que es la experiencia de ser apoyado para crecer y desarrollarme y ser lo mejor que yo pueda ser. No es un amor erótico ni personal ni de que me gusta la otra persona, sino que es un amor universal que aspira al bienestar del ser amado independientemente de que me caiga bien o mal, me guste o no me guste.
Metamanagement a pesar de que a la gente de las empresas le puede dar pudor, se enfoca también en esta dimensión amorosa de permitir el crecimiento y el desarrollo más profundo de los regalos o los bienes que trae cada uno de los seres humanos que pertenece a la organización.
Magda: Cuando vas a una organización y hablas de que el amor incide tan directamente, ¿cómo lo reciben los empresarios?
Fred: Se quedan un poco shockeados, por un lado supongo que me querrán echar a patadas pero por otro lado no pueden negar que fui profesor en MIT, soy respetado internacionalmente y trabajo con algunas de las compañías más grandes del mundo con los ejecutivos más altos. Entonces no me pueden descontar tan rápido. Creo que si fuera una persona con menos background o que me pudieran desautorizar fácilmente no duraría mucho en la empresa. Pero creo que por mi historia y por la suerte de que mi destino me llevó a lugares que tienen una autoridad intelectual, puedo decir esto y tener diez minutos de atención para explicar lo que significa. Y cuando les explico que el amor no es la cosa blandita y suave de teleteatro que piensan, sino que amor es el compromiso radical con el respeto profundo por el otro y con el deseo de ayudarlo a que crezca y sea lo mejor que pueda en su vida, empiezan a descubrir como el liderazgo realmente es un gesto de amor.
Para que tú aceptes seguir a alguien tienes que sentir que tu líder te está abriendo posibilidades de expandir tu vida. De hecho, todo el sistema capitalista está basado cuando está hecho conscientemente, en el amor. Por ejemplo, ¿por qué paga alguien por suscribirse a este portal? Porque cree que le brinda un servicio que le ayuda a crecer y ese servicio viene de tu compromiso con ayudar a tus lectores a ser mejores coaches y a crecer en su vida, por lo tanto es un gesto de amor. A vuelta de esto, ellos reconocen ese gesto dándote los medios para sobrevivir y seguir manteniendo el portal y ejerciendo tu pasión por comunicar aquello que comunicas. Y ese es su gesto de amor en retribución al servicio que tú les estás dando.
Desde este punto de vista la economía capitalista en su mejor expresión, es un intercambio de gestos de servicio y cuidado del uno por el otro.
Magda: ¿Cómo relacionas al coaching con este contexto?
Fred: Es absolutamente imprescindible para ser Coach poder experimentar ese tipo de amor por la persona que estás ayudando, por tu coachee. Yo veo que hay dos tipos de Coach. Están los que a mí me asustan que los llamo vampiros y que son coaches que usan a sus clientes para aumentar su autoestima, es decir, al contarle al cliente como debe hacer las cosas, cual es la verdad y ponerse en el lugar del sabiondo que le da consejos al otro, lo único que hacen es como drácula, chuparle la autoestima al cliente y como un caníbal, se come la autoestima del cliente para agrandar la suya.
Lamentablemente conozco varios coaches que hacen eso, bueno conozco gente de todas las profesiones que hace eso, managers, líderes, etc. Esto es lo opuesto al amor, esto es el desrespeto, el desamor, la resorcificación, que quiere decir convertir al otro en un recurso para aumentar mi propio bienestar. En vez de ofrecerle algo le estoy quitando algo en forma egoísta.
La antípoda de esto que es el verdadero coaching es un coaching basado en el deseo de que el otro crezca, de que el otro aumente su autoestima y se sienta más capaz de enfrentarse al mundo con fuerza, con solidez, con inteligencia, con conciencia de perseguir sus valores de una manera íntegra.
Magda: Tú marcas una diferencia entre aprendizaje y conocimiento, ¿nos puedes explicar en qué consiste esta distinción?
Fred: Hay una distinción entre aprendizaje y conocimiento pero la distinción más importante talvez sería entre conocimiento práctico y conocimiento intelectual. Conocer en forma práctica para mí o saber hacer algo es efectivamente un saber hacer, no un saber acerca de, en inglés se habla de la diferencia entre Know How y Know That. El Know How es por ejemplo si vas a jugar al fútbol, tú sabes jugar al fútbol y el Know That es tener información sobre cómo se debería jugar al fútbol, pero si te dan un balón y te ponen en un campo de juego, tú no sabes qué hacer. Puedes dar una conferencia sobre cómo jugar al fútbol pero no puedes chutar el balón y jugar razonablemente bien.
La gran confusión basada en el sistema escolar más bien enciclopedista que tenemos, es que saber significa ser capaz de hacer un examen y hablar acerca de algo. Y es muy raro que el saber en el sistema escolar se identifique con la capacidad de ejecutar ciertas acciones. Cuando uno sale de la escuela o de la universidad y va a la empresa se da un shock terrible porque en la empresa lo que importa finalmente es la capacidad de hacer, no la capacidad de hablar acerca de lo que alguien podría hacer. Este es un cambio muy grande en el espíritu de lo que significa conocer porque en la primera parte de tu vida, para mostrar que tu conoces o sabes algo tienes que pasar un examen, en la segunda parte cuando estás en el mundo del trabajo y de la economía tienes que hacerlo, no pasar un examen acerca de ello.
El aprendizaje puede ser tanto intelectual como práctico y aprender significa adquirir un conocimiento, es decir, en un cierto momento tú no sabes algo como por ejemplo no sabes como chutar el balón de fútbol y en otro momento después de un cierto proceso, desarrollas la habilidad y puedes hacerlo, entonces dices aprendí. Antes no tenía el conocimiento, ahora lo tengo y soy capaz de demostrar mi conocimiento ejecutando la acción.
También puedes tener un aprendizaje intelectual que es, en cierto momento tu no sabes en qué año Colon llegó a América, lees un libro y puedes decir ahora sé en qué año Colon llegó a América. Este es un conocimiento que también aprendiste pero es un conocimiento de otro orden. Aprendizaje es el proceso de adquisición de conocimientos y ese proceso puede ser intelectual o práctico.
Magda: Teniendo en cuenta que has estudiado economía ¿Ves alguna conexión entre la economía austriaca y el coaching?
Fred: Absolutamente. De hecho soy un fanático austriaco, mi primer capítulo en el libro Metamanagement cuando hablo de aprendizaje conocimiento y poder, mi primera cita es de Ludwig von Mises que me parece uno de los economistas más geniales que haya existido nunca. La escuela austriaca de economía se basa en el concepto de que el valor de las cosas está dado por el servicio que le prestan a aquel que las quiere usar. Hay una gran diferencia histórica entre las escuelas marxistas que decían que el valor es algo inherente al objeto y que se le introduce al objeto mediante la cantidad de trabajo que incorpora que creo que es un error garrafal y no sólo lo creo yo, sino que ha sido demostrado de mil maneras pero se ha convertido mas bien en una ideología que en una ciencia. El marxismo como herramienta de conocimiento histórico y filosofía tiene otras cualidades pero desde el punto de vista económico ha sido desautorizado tantas veces que es como tratar de pegarle a un caballo que ya está muerto.
El modelo austriaco es un modelo que dice que en sí mismas las cosas no tienen ningún valor, el valor es una atribución de servicio que le da la persona que las va a usar. Para alguien que no le interesa el coaching, esta revista tiene valor 0 porque no tiene ningún interés y no estaría dispuesto a pagar ni un centavo por ella. Para alguien que le importa el coaching esta revista puede ser muy valiosa y estaría dispuesto a pagar mucho por ella, talvez mucho más de lo que cobráis por una suscripción. Pero la revista es la misma, entonces no es el trabajo que tu le pones a la revista lo que hace que sea valiosa sino y conectándolo con algo que decía antes, el amor con que tu le ofreces ese servicio a aquel que va a expandir su vida por utilizarlo. Eso es lo que le da valor a cualquier bien o a cualquier servicio.
La escuela austriaca parte de este principio y dice la acción humana está destinada a satisfacer los valores y los intereses que el ser humano tiene en su vida y la economía es el sistema mediante el cual nos ayudamos los unos a los otros a perseguir esos fines que tenemos como seres que buscan sentido en su vida.
Magda: Acabas de nombrar la Acción Humana. ¿Cuales son los componentes de la Acción Humana?
Fred: Para mí el modelo más útil está basado en la economía austriaca combinado con el modelo que desarrolló Robert Truitt que fue uno de los amigos y maestro de Peter Senge que a su vez es uno de mis amigos y maestros. La idea de la tensión creativa.
El principio de la Acción Humana es encontrar una brecha o una distancia entre aquello que sucede en este momento, la realidad como la conozco, y una aspiración que tengo sobre como me gustaría que fuera esta realidad. Y luego, la sensación de responsabilidad y poder para actuar llevando la realidad hacia la visión que tengo de lo que me gustaría que fuera. Te doy un ejemplo práctico, a veces puede ser un problema y otras veces puede ser una aspiración pura. Veamos un ejemplo de cada uno. Supongamos que estoy hablando contigo y me surge un problema en el teléfono, estamos hablando y el teléfono no funciona bien, tu te das cuenta de que cosas que estoy diciendo no las puedes escuchar y dices, esto es un problema porque yo tengo un deseo de grabar y entender aquello que está diciendo Fred y la realidad es que no está pasando eso porque tengo brechas o hay agujeros en la comunicación y me quedan espacios de silencio que no me sirven. En ese momento sientes la tensión, el stress de esa diferencia entre lo que tú quisieras que pase y lo que está efectivamente pasando y en ese stress dices, tengo un problema. Y ahora te surge el incentivo a resolver ese problema y ¿qué haces? Me dices, Fred discúlpame, te tengo que interrumpir pero no estoy grabando tus palabras. Te pido que volvamos a iniciar la conversación o que me llames por otra línea o que rearmemos esta llamada para usar un teléfono que funcione. Tu acción de pedir un cambio de línea o de interrumpir lo que yo estaba diciendo surge de esa tensión creativa entre lo que tú quisieras que pase y lo que efectivamente está pasando. A esto lo llamo el modelo de resolución de un problema.
Pero hay otra dimensión de la Acción Humana que para mí es mucho más importante que es puramente creativa. Tú tienes el portal y estás haciendo entrevistas y no tienes un problema pero estás pensando a ver, quien me gustaría? Y te surge el deseo… me gustaría conversar con Fred y ver que tiene él para decir del Coaching. El no hablar conmigo no es un problema, pero sí te surge esa aspiración y dices, en este momento no estoy hablando con Fred y no se lo que el piensa del coaching. Tengo una brecha entre lo que a mí me gustaría que es tener esa conversación y lo que hoy sucede que es que no la estamos teniendo. Entonces escribes un e-mail, me contactas y me pides si podemos tener una conversación, a mí me resulta interesante la posibilidad, pienso que a mí también me gustaría hablar, acepto tu invitación y aquí estamos hablando y hemos creado un mundo basado en tu interés de generar una realidad que en algún momento fue simplemente una aspiración en tu mente y al hacer una oferta concreta y un pedido, yo lo acepto y aquí estamos.
Esto es un ejemplo típico de acción humana, si lo piensas toda tu vida estás haciendo esto, cada vez que actúas haces eso.
Magda: ¿A quienes recomendarías la lectura de “La Rebelión del Atlas” de Ayn Rand en la actualidad?
Fred: Yo se lo recomiendo absolutamente a todo el mundo porque es un libro que a algunos los va a entusiasmar, a otros los va a enfurecer, pero a todos los va a hacer pensar. Personalmente concuerdo con muchos de los principios que están expresados en ese libro pero no lo recomiendo como un esfuerzo de convencer a los demás, sino más como una invitación a una reflexión profunda sobre como la economía tiene que ser una expresión de los valores del ser humano para poder ser efectiva y como a veces las buenas ideas como por ejemplo el deseo de cuidar a la gente y de ofrecerle una cierta seguridad y generar trabajo que muchas veces se identifica con el gobierno o con una filosofía estatista más bien paternalista, lleva o puede llevar a desastres.
Soy consciente de que mucha gente desacuerda profundamente conmigo y respeto todas las opiniones pero este libro es una novela muy interesante que provoca una reflexión profunda porque uno tiene que tomar partido y tiene que decir creo en esto o estoy en desacuerdo con esto pero más allá de lo que uno tome como posición, la pregunta más importante es por qué? Porqué concuerdo o porqué estoy en desacuerdo y qué voy a hacer con mi vida basado en esa reflexión. Cuando yo leí el libro me impactó mucho y lo leí no hace tanto tiempo, hace unos cinco años y me impactó tanto que se lo recomendé a mis amigos en Argentina y me enteré que no estaba en español, de echo había sido publicado en España cuarenta años atrás durante el gobierno de Franco y habían sido censuradas prácticamente el veinticinco por ciento de las páginas. Entonces compré los derechos, hice una retraducción y lo lancé con una editorial en Argentina con posibilidad de exportar a México, España y el mundo de habla hispana porque lamentablemente muchos países de Latinoamérica están hundidos en esa ciénaga en una especie de utopía negativa que Ayn Rand mostró con su libro.
Magda: ¿Qué piensas de tu país, cuando lo miras con ojos de proyección de futuro?
Fred: Hay un cantante argentino llamado Piero que tenía una canción que decía “ay país, país, país” como un lamento. Creo que Argentina es una eterna promesa no cumplida, es uno de esos casos trágicos donde un país tiene absolutamente todos los recursos para ser extraordinariamente rico y provechoso para sus habitantes y una invitación a todos los ciudadanos del mundo a venir y crecer y por razones políticas y de filosofía que yo llamaría antihumana, es un desastre con un porcentaje de pobreza superior al cincuenta por ciento, con gran porcentaje de analfabetismo, mortalidad infantil, todas las lacras que yo nunca podía creer que podrían pasar en Argentina.
Cada vez que viajo a visitarlo veo la pobreza física o material, la tristeza, la pobreza espiritual si queremos llamarlo así de tanta gente. Me da mucha pena de muchos países hispanoamericanos, no así de España que mi experiencia trabajando allí es extraordinaria. Creo que España es uno de esos países que ha podido entrar a la modernidad a pasos acelerados y muchas veces pienso, mi sueño sería que Argentina tuviera la sabiduría política y económica de los españoles que han crecido tanto y tan bien.
Magda: Volviendo de nuevo al mundo de la empresa, ¿qué se entiende por espiritualidad en las organizaciones?
Fred: La palabra espíritu originalmente significaba la esencia que anima la vida de un ser consciente. Es decir, aquello que te lleva a seguir adelante, a expandir tu vida, a crecer, a encontrar sentido. El espíritu es parte de todas las actividades del ser humano, es como decir la conciencia. Cuando estás inconsciente estás dormido o dormida no puedes pensar, no puedes recordar nada, digamos que no estás viviendo en el mundo de la realidad. Estás viviendo en un mundo de sueños a diferencia de un mundo real en el cual estamos ahora.
El espíritu es la forma en que el ser humano expresa su conciencia tratando de encontrar un sentido a su vida. Una de las formas fundamentales en las cuales le damos sentido a nuestra vida es mediante el trabajo, más allá de la producción económica y la satisfacción de necesidades básicas, el trabajo es un ámbito en el cual el ser humano define quién es. Cuando alguien me pregunta qué haces, le digo yo soy Coach o soy Presidente de una empresa de consultoría que ayuda a otros a crecer y a hacer negocios conscientemente mediante el metamanagement. Y así me presento porque es aquello que me da identidad, me siento reconocido como aquel que hace esas cosas.
Cuando le preguntas por ejemplo a mi padre qué es y me dice, yo soy contador, o le pregunto a mis amigos y me dicen yo soy gerente y te pregunto a ti y tú me puedes decir, yo soy periodista o soy coach o lo que fuera. Fíjate que la definición de identidad de mucha gente está fundamentalmente establecida por su actividad de trabajo, su profesión, sus estudios, su manera de agregar valor en el mundo. Y eso es el espíritu, entonces hablar de espiritualidad en la empresa no es algo místico, no estoy hablando de un gurú de la India o de las montañas del Tibet. Todos buscamos sentido a nuestra vida y el principio que hace que busquemos incesantemente ese sentido es nuestro espíritu.